Johann Wolfgang von Goethe - 1828 |
El último verdadero hombre universal que ha caminado por esta tierra,
es así como conocen a Goethe (Alemán, 1749 – 1832) en el mundo literario, y es
así que lo muestro, universal, después de haber leído esta maravillosa obra
dramática, Fausto, que les presento ahora y bien puedo decir es la obra más
generosa que he leído en cuando a los males que sufren los hombres sabios ante
el vació que les deja el creer saberlo todo.
Los vacíos espirituales han llevado millones al suicidio, el no
encontrar una respuesta a una pregunta que arrastras con un grillete, que te
castiga y no te deja dormir, que te quita la tranquilidad hasta el punto de
darte cuenta que la pregunta es parte de ti, y que si tu mueres la pregunta
tiene su fin, o una posible respuesta. El suicidio es una fácil y tal vez
apacible salida ante este conflicto interno que según tú en tu inmensa
sabiduría nadie puede resolver. Un famoso pensador que encontraba respuestas en
tiempos en que el término filosofía ni siquiera se había formulado, dijo que el
hombre ilustre se debe deleitar del conocimiento en la calidez del hogar,
manteniendo vivo algo sagrado, me refiero a Tales de Mileto y al cual el autor hace
parte en la obra. A que se refiere Tales, según Goethe, con eso de mantener
vivo algo sagrado. Se de muchos intelectuales y connotados científicos que en
sus ramos no abarcan este asunto de la espiritualidad, de la vida más allá de
la muerte, de si existe o no un ser supremo creador. Ellos se aferran a sus
trabajos y tocan de lejos estos aspectos, manteniendo creencias firmes o
afiliados a algún tipo de religión, algunos incluso simplemente niegan todo,
ateísmo sin conflictos, no entran en discusiones airadas porque respetan las
resoluciones personales de sus semejantes, y creo esa es la clave, lo sagrado
es el respeto, por la familia, la dignidad, el santo, la fe y la esperanza,
creo que ha eso sagrado se refería Goethe o Tales, eso sagrado que nos da la
tranquilidad necesaria para llevar una vida sana y fructífera en eso que nos
apasiona.
El mismo diablo, uno de los personajes principales, trata de manera
malintencionada de alivianar la carga del tribulado hombre. El diablo se
presenta sincero y le habla al hombre sin esconder nada, pues como engañar a
alguien tan culto. Pero el diablo es diablo por viejo más que por diablo. Para
engañar a un hombre inteligente basta con decirle la verdad y retarlo en lo que
concluyentemente no podrá ganar. Así de conflictiva es la mente de un
ilustrado. Niega lo cierto y afirma lo inescrutable, ni los mismos dioses se
preocupan de esos enredos, porque te he de preocupar tú le dice a Fausto, y
este cayendo en la trampa acepta el reto, aunque se puede deducir que la trampa
ya era de su conocimiento.
La obra está repleta de comunes desaciertos que han tenido hombres y
mujeres desde el inicio de los tiempos, hay una viva desesperanza en algunos
versos, el hombre es un ser sin remedio, por más que se le aconseje no puede por
naturaleza o carácter aceptar con humildad que simple y sencillamente hay cosas
que no podrá entender, por lo contrario podemos apreciar de forma armoniosa y
exquisita de versos que nos aclaran muchas cosas, es un ir y venir en el
tiempo, de Helena a Nostradamus, de Tales a Helena el arquetipo de belleza
femenina, en un amasijo de ideas y bellas frases nos adentramos en la mente de
Goethe el cual es muy alabado por sabios de su tiempo y de los tiempos
modernos, leer esta obra amerita de aguante y de determinación para los que no
están habituados a la lectura de este tipo, pero al leerla a conciencia te
darás cuenta de que muchas de las películas, series televisivas, telenovelas,
cuentos de camino, superchería de barrio, o tramas comerciales no son más que
resquicios de toda la sabiduría que encontrar en estos maravillosos
versos.
Como siempre te comparto el libro, y las esencias, si no tienes la
paciencia ni el tiempo para el libro, te recomiendo las esencias que con mucho
gusto te presento, son frases y diálogos de lo que según mi criterio creo es lo
más exquisito del libro, sin menospreciar el resto claro que son su jugoso
complemento, esto resumido en doce páginas. Aquí una de las últimas frases para
que te animes a leer el resto, recuerda que quien lo escribió divago por todos
los conocimientos de su tiempo y pensaba en vos en esta época por su carácter
universal:
«Quien siempre desea,
aspira y lucha, merece recibir la salvación.»
Angeles, salvando del
infierno a Fausto.
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