jueves, 19 de mayo de 2016
Caudal de elucubraciones
Si la melodía es hermosa ¿por qué debe durar tres minutos?
Hay canciones tan horrorosas que no deberían pasar del segundo.
Las mejores conversaciones se desvanecen con el sol en la tarde.
Las necedades perduran hasta el amanecer aliadas con la oscuridad.
Los choques de opiniones deleitan a las mentes neutras,
Cuando se ponen de acuerdo añoramos sus controversias.
Si tengo todo en la vida ¿por qué me tientan los desvíos?
Tengo parientes que deberían cambiarse el apellido.
La cena más suculenta me produce sueños obscenos.
Los desayunos mediocres son buenos filtros para la ira.
Nos ponemos de acuerdo y separarnos es lo más sano,
Aunque la sanidad de nuestros hijos nos importe un pepino.
Si soy un buen ciudadano ¿por qué aparto la mirada?
El buen samaritano es una estampa en la puerta de mi casa.
Amarillistas, a escondidas nos compadecemos de los heridos.
Al ver la sangre vertida, la morbosidad la disfrazamos compungidos.
Cuando se presenta un nuevo político, sobrio e intachable,
Levitamos en violentos espasmos, profetizando su alianza con el diablo.
Si me declaro creyente ¿por qué no concibo los milagros?
Lo crónico y lo desahuciado fueran insectos ya exterminados.
Las guerras y la pobreza no serían las soluciones de las elites.
Una sola persona de rodillas bastaría para eliminar las epidemias.
De lo que si debemos estar claros y el mismo Dios lo ha declarado, es
Que no podemos sanar a nadie si el mismo enfermo se niega a ser curado.
Si todo se reduce a lo absurdo ¿por qué trato de darle sentido a las cosas?
Los que se suman al desorden parecen ser más felices.
Nadie nunca ha podido responder las preguntas más fáciles.
Por eso inventamos preguntas complejas, para ocultar nuestras penas.
Si mi inconformidad es el reflejo de mis frustraciones,
Debería buscar y cerrar el caudal por donde brotan tantas elucubraciones.
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